"LOS VÍNCULOS SANOS NO CONTROLAN, ACOMPAÑAN; NO INVADEN, RESPETAN"
Vivir en sociedad implica aprender a relacionarnos con los demás desde un lugar saludable. Las relaciones sanas, los límites personales y las amistades maduras no surgen por casualidad: se construyen con conciencia, comunicación y respeto.
El amor propio no es un destino al que se llega de la noche a la mañana, sino un camino que se recorre todos los días, a través de pequeños actos de respeto, cuidado y aceptación hacia uno mismo. Es aprender a mirarnos con comprensión, a reconocer nuestro valor más allá de los errores y a permitirnos ser humanos, con virtudes y áreas por mejorar.
Cultivar el amor propio no solo transforma la manera en que nos vemos, sino también la forma en que permitimos que otros nos traten y cómo elegimos vivir nuestras experiencias. Porque cuando una persona se valora y se respeta, comienza a construir una vida más auténtica, plena y libre.
RECUERDA:
Merecemos el mismo amor, cuidado y paciencia que tan generosamente ofrecemos a los demás. Y que empezar a querernos es también empezar a sanar, crecer y vivir mejor. 💜